viernes, 1 de junio de 2012

                                    LA HISTORIA DEL PAVO INDUCTIVISTA
En su primera mañana en la granja, este pavo descubrió que la hora de la comida eran las nueve de la mañana. Sin embargo, siendo como era un buen inductivista, no sacó conclusiones precipitadas. Espero hasta que recogió una gran cantidad de observaciones del hecho de que comía a las 9 de la mañana, e hizo estas observaciones en una gran cantidad de circunstancias: en miércoles y jueves, en días fríos y calurosos, en días lluviosos y en días soleados. Cada día añadía una nueva proporción observacional a su lista. Por último su conciencia inductivista se sintió satisfecha y efectuó una inferencia inductiva para concluir:
"Siempre como a las nueve de la mañana". Pero ¡ay!, se demostró de manera indudable que esta conclusión era falsa cuando la víspera de Navidad, en vez de darle la comida, le cortaron el cuello.   


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